Por cierto, antes de meternos en faena, agradecer a Zonafandom (Blog requeterecomendado si nos gustan los comics, ciencia ficción, juegos de rol o demás "cultura alternativa") que me haya incluido en su repaso a los blogs que hacen cada semana desde la cima de Barad-Dur. Un saludo para ellos y no dejéis de visitar la web, ya que siempre podréis encontrar alguna actualización interesante sea cual sea vuestra especialidad friki.
Acabados los prolegómenos, podemos seguir con el asunto que teníamos entre manos. ¿Queréis saber como haceros el pasaporte? Pues pulsad el "Seguir leyendo..."
Lo primero que tenéis que tener en cuenta, es que pese a la creencia popular, para viajar a Japón no hace falta ningún tipo de permiso especial. La única circunstancia donde deberemos complicarnos la vida es para conseguir un puesto de trabajo, ya que dependiendo del tipo de permiso de residencia que tengamos será más fácil o no. Pero si vamos en plan turista, no hay problema, ya que no tendremos que dar parte a la embajada de que vamos a Japón ni nada parecido para hacernos el visado si vamos por un plazo inferior a tres meses (Como es mi caso, que voy para 11 días). Así que de lo único que tendremos que preocuparnos para cumplir con la legislación internacional será, como es lógico, hacernos el pasaporte.
Vivamos en una ciudad grande, o en un pueblo pequeño, cumplir con este trámite será de lo más sencillo, ya que solo hay que desplazarse un día durante una hora como mucho para realizarlo, así que no nos trastocará prácticamente nada nuestros horarios habituales. Lo primero que hay que hacer, es pedir cita a través de la web del ministerio creada para dicho propósito (Aunque también lo podremos hacer a través de este teléfono 902 247 364). Una vez rellenados los datos de nuestro DNI, podremos seleccionar nuestra provincia y la oficina más cercana a nuestra localidad.
Aquí tendréis que fijaros en los colores que salen en el horario de cada oficina, ya que verde significará que podréis haceros el pasaporte prácticamente al día siguiente, amarillo dentro de unos cuantos días, y rojo, dentro de unas cuantas semanas. Así que a lo mejor nos interesará más desplazarnos a un pueblo cercano y poder conseguirlo al día siguiente, en vez de esperar 3 semanas a poder hacerlo en nuestra localidad.
Tras seleccionar la oficina, viene lo mejor, ya que podremos seleccionar el día y la hora exactos en los que queremos ir. Cada casilla nos indica el número de plazas libres que hay para un determinado día y hora, así que solo tenemos que pinchar en la que más nos convenga y listo, ya está casi todo hecho. Solo nos quedará confirmar nuestros datos, el tipo de documento que vamos a pedir, y dar nuestro número de telefono para que nos manden un mensaje al móvil con los datos de la cita. Más fácil imposible.
Pero esperad, ya que ahora viene lo más sorprendente (conociendo la manera de trabajar de los funcionarios españoles...) y es que cuando nos presentemos en la oficina que hayamos elegido el día y la hora convenidos (muy importante no llegar tarde), ¡Se nos atenderá prácticamente en el instante! Yo esperé 2 minutos y medio, me sentaron, di una foto de carnet, me cogieron las huellas dactilares, firmé un papel, esperé un minuto a que las impresoras especiales pusiesen mi cara en el pasaporte y lo magnetizasen, pagué los 20 euros que cuesta hacer esta gestión, y en menos de 5 minutos desde mi entrada ya estaba saliendo de la comisaría con mi reluciente nuevo pasaporte listo para que en la primera página alguien en el aeropuerto le ponga un sello que diga "De viaje a Japón". ¿Sencillo, verdad?
Así que eso es todo lo que tenéis que hacer para poder entrar legalmente en Japón, nada más ni nada menos. Ya tenemos el vuelo y el pasaporte, así que cada vez nos quedan menos cosas que hacer (¿Veis como no es tan difícil ir en plan freelance?) para realizar el viaje de nuestra vida. En la siguiente entrada os explicaré cómo reservar alojamiento desde España, ¡Así que no os la perdáis!
La verdad es que lo que comentas me viene pero que MUY BIEN!!! me estaba emparanoiando ya de no saber, o equivocarme en algo.
ResponderEliminar