jueves, 8 de octubre de 2009

Segundo dia, cielo e infierno

Pues nada, como ya os conté ayer, nuestra historia de momento había acabado tras el pequeño incidente del tren de Madrid. Vale que luego nos fuimos Ferrán, Galera Luis y yo a cenar a un italiano increíble y luego de copazos por Madrid (la ciudad que nunca duerme, menos los burger kings que cierran a las 11 de la noche.... ) pero vamos, que no había pasado nada importante mas ese día. Hasta hoy.

Para empezar, de camino a Barajas por la mañana para coger el vuelo, casi le hago a Luis una sipia milenaria, ya que estuvimos a punto de coger el metro en dirección equivocada y casi perder el vuelo a Paris. Menos mal que al final llegamos con tiempo de sobra. El viaje hasta París duro un par de horas. No se nos hizo largo, pero a mí al menos me sirvió para descubrir que aunque no le tengo miedo a volar, si que me da cague durante el aterrizaje y el despegue, ya que parece que el avión puede explotar o caerse en cualquier momento....




Lo que si que fue la leche fue el viaje hasta Japón. No solo por el vuelo en si mismo, que duro 12 horas seguidas (en las que tuve tiempo de ver hasta 4 películas seguidas en mejicano, ya que parece ser que es el idioma oficial de España según AirFrance) si no que además viajamos en el tiempo!!! Mientras que en mi reloj a la llegada a Japón eran las 12 de la noche, aquí ya eran las 8 de la mañana, así que sin comerlo ni beberlo, había perdido 8 maravillosas horas de sueño de mi vida que nunca volver a recuperar... Pero bueno, al menos me queda el consuelo de saber que soy como McFly en regreso al futuro, ya que yo estoy viviendo 8 horas adelantadas respecto a vosotros. Así que si queréis, os paso la combinación del euromillones con medio día de antelación y nos repartimos el bote 50-50.

Pero ahí no acaba todo! Una vez en Japón, o mas bien, en el aeropuerto de Narita, a las muy afueras de Tokio, nos ha tocado coger el cercanías para llegar a Asakusa que es donde tenemos el alojamiento. Y solo os diré que las 3 horas que ha tardado en hacer el recorrido es lo de menos. Dios, cuánto me he acordado de mi padre y de lo que le sorprendió el ver un reportaje de callejeros viajeros donde hablaban de que en el metro de Tokio había unos trabajadores que eran los “empujadores”, unas personas que se dedicaban a que cuando el tren está completamente petado y no te puedes ni menear, meten a mas gente a presión y la empujan hasta que acaban cabiendo y logran cerrar las puertas del metro a duras penas. En serio, sè que explicarlo así puede parecer exagerado, pero os aseguro que el viaje en ciertos momentos ha sido hasta doloroso, teniendo que sufrir las de Caín cada vez que llegábamos a una estación y abrían las puertas, ya que de la presión que había en el vagón, si no me sujetaba con fuerza infinita a la barra, me acababan sacando del tren como el corcho de una botella con mucho gas. Fijaros si era insoportable que hasta Luis se ha agobiado y casi decide recorrer los 7 kilómetros que nos quedaban a pie para no seguir soportando ese suplicio 10 paradas mas.

Lo mas sorprendente del asunto ha sido los japoneses. Que no se si por resignación, educación o costumbre, cuando el tren ha ido así de petado no decían ni mu. Ahí estábamos nosotros y unos extranjeros con nuestros órganos internos a punto de explotar, riéndonos o gritando un poco cada rato para liberar tensiones, y ahí estaban los japos, que oye, ni una palabra. Todos enganchados al móvil mandando sms (que eso da para escribir otro post, porque es increíble la dependencia que tienen del móvil). Fijaros que hasta cuando de la presión que se producía al subir y al bajar del vagón, una mujer se ha caído al suelo al abrirse las puertas y casi se cae por el hueco del anden, nadie ha reaccionado de manera normal alarmándose lo mas mínimo. Un par de hombres la han ayudado a levantarse, y todos han seguido como si no hubiese pasado nada. A seguir escribiendo sms. Flipante.

Y luego ya nada, hemos llegado al hostal, hemos dejado las maletas y con el jetlag pendiente de 8 horas de sueño perdidas, nos hemos ido a dar una vuelta por Asakusa. Hemos visto varios templos famosos y lo hemos flipado con varios detalles de los japoneses que ya os contare, pero tras cenar un buen plato de arroz, sopa y empanadillas sorpresa rellenas de diosabequé en un restaurante clasiquillo y mediotradicional japonés, ya no he aguantado mas. Hemos vuelto al hotel, me he duchado, me he puesto a escribir la entrada, y en cuanto escriba el ultimo punto en unos instantes, y aunque aquí sean todavía las 8 de lanoche, me voy a dormir las 8 horas que me corresponden y las 8 que perdi ayer! Y mañana si no me he muerto, iremos a Akihabara, asi que ya os contare, que es una de las paradas mas chulas du nuestro viaje!

Buenas noches a todos, aunque en España aun no sean ni las 2 de la tarde, cabrones! :p

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